Discotecas.

discotecas

Hmmm. Discotecas, discotecas, discotecas.

Cuando digo discotecas digo también locales varios donde se suelen dar una serie de condiciones:
– Música.

– Oscuridad más o menos patente y más o menos interrumpida.

– Alcohol en dosis cuasi-cosacas.

– Drogaína variada, principalmente farla, pirulas y chicles para el aliento.

– (Atraídas por el «glamour») Mujeres.

– (Atraídos, no por el glamour, que se la refonfinfla, sino por las mujeres) Hombres.

– (Como resultado de la mezcolanza de hombres y mujeres) Ligoteo y tonteo a varios niveles, con el consiguiente despilfarro financiero.

– (Como resultado de las bajas vibraciones producidas) Presencia de un montón de seres descarnados que se alimentan de ese ambiente.

A la mujer joven media de hoy en día asistente a disotecas yo le diría algo así como:
1- En tu vida vas a encontrar al príncipe azul en una p*ta discoteca.

2- Si estás buena, lo seguirás estando aunque lleves un puto chándal adidas y una camiseta (intentad encontrar a una tía buena que se atavie así… es imposible… todas caen ante DIO$-J€HOVÁ y se esfuerzan horrores en parecer mejores que las demás).

3- Si te sonríen y te invitan no es porque tú seas la hostia (y el ratoncito Pérez no existe) —que no digo que no lo seas— sino porque son unos salidos, unos buitres y unos babosos y van a lo que van; y no estoy diciendo nada que no sepan todas. Que sí, jod*r, que contigo son blanditos y dulces cual sugus o merengue porque quieren foll*rte de arriba a abajo, de a’lante a atrás y en todas las posiciones del Kamasutra. ¡Ahí va, lo que he dicho! ¡Qué mal ha sonado! ¿Pero sabes qué es lo peor? Que es la p*ta verdad y lo sabes.

4- Si necesitas sentirte sexy/ admirada/ deseada para sentirte segura, padeces de inmadurez y, peor aun, de un grave transtorno de personalidad.

5- Creer que el éxito social que tengas en una discoteca tiene algo que ver con tu verdadera forma de ser, que dice algo positivo de ti, u otorgarle demasiada importancia, es un grave error.

6- En tu lenguaje femenino, ir con minifalda y tanga, marcando bufas y enseñando ombligo, significa «mirad, soy una pretty woman, tenéis que tratarme bien, tenerme en cuenta y tomarme en serio». Pero en lenguaje masculino, eso significa desde siempre y para siempre «otra zorra calentando braguetas y pidiendo guerra». Y me sé de ciertas «minorías» étnicas donde ese lenguaje tiene la misma vigencia que antaño tuvo para nosotros, es decir: manipulapollas= guarra.

7- En última instancia, verás qué pronto se te quitan las ganas de disco y de modelitos cuando el Occidente entero se hunda en la anarquía y la barbarie más absolutas, y te veas arrojada a un futuro incierto de necesidad y de supervivencia.

8- http://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloid=6021 Vale, eso está bien, pero, sólo tienes derecho a utilizar tales «técnicas» si no has invertido 3 horas y 200 euros en tecnología estética para atraer hombres. Si te pavoneas, la utilización de tales técnicas con pobres fracasados que no te atraen, te delata como subnormal profunda, insegura e inestable.

En cambio, a la calienta-braguetas vulgaris-estándar que se pueden encontrar en esos locales, yo les digo:

1- Vete a Arabia Saudí a sembrar feromonas a babor y a estribor y a levantar rabos.

2- «Soy **** porque mi c*ño lo disfruta». Ok, no te voy a decir lo que pienso de ti porque admiro tu honradez (pieza de ganado porcino), pero si tienes los ovarios para reconocerlo, tenlos también para advertírselo a todos los tíos con los que tengas una relación, así como a las novias de tus amigos, los novios de tus amigas, sus familiares, tus jefes, tus compañeros/ as de trabajo y tus futuros marido, hijos e hijas cuando los tengas, y no vengas luego a los 30 años con gilipoll*ces de «borrón y cuenta nueva» y «aquí no ha pasado nada, aunque esto no es caspa, es el zumo de súpalo caducado que me sale hasta por los poros de la coronilla».

3- Puesto que eres una vulgar guarrilla y además cualquier tío con dos dedos de frente lo huele a la milla, no tengas actitudes de «soy una pretty woman», «a ver cuánto pujas por mí» y «si te portas bien», porque eso es aprovecharse ruinmente de la imbecilidad y de los instintos de tíos demasiado débiles para controlarlos.

4- Cuando caigan las leyes, la moral y el orden social (que caerán, vaya si caerán, y pronto… pero incluso aunque no caigan de momento puede que lo aprendas por las malas), te darás cuenta de que la sexualidad es una fuerza primordial con la que no se juega. Niñatas explotando ese poder se me antojan críos de 4 años con un AK-47 cargado, montado y sin seguro. La provocación tiene una cara «glamourosa» inspirada en los anuncios de TV y en los videoclips de la zorra americana de turno, y luego tiene una cruz sumamente desagradable que se muestra cuando se le toca la moral al tío equivocado (eso sí, luego todo el mundo se echa las manos a la cabeza).

Al tío legal que va a discotecas por inercia, porque van sus colegas, porque espera encontrar pareja, porque es «lo que hay que hacer», etc.:

1- En este antro de mierda con aprendices de putillas y tontolavas de entrecejo depilado al láser no se te ha perdido nada, colega.

2- Sería deprimente que un tío legal como tú acabase emparejado con una perrilla del 3 al 4º.

3- Como hombre joven, sano y buena persona, vales para algo más que para que las niñatas te confundan con un Tinky-Winky más.

4- ¿Que entonces qué tienes que hacer? Me suda el rabo. No seré yo quien te lo diga. Búscate la vida.

Y al tío pichaboba que va a las discotecas religiosamente y que le va la vida en ello:

– Eres un ser patético, bajo y despreciable, y el container para la basura de mi calle es de más elevada condición que tú.

(Extraído del desaparecido blog Nordic Thunder)