La Victoria es nuestra.

bandera falange scorazon
Estoy cansado de teorías políticas y de encontrarme nuevas siglas en el panorama patriota. Creo que en general el programa esencial nos lo sabemos todos. El gran problema es convencer con nuestros valores a toda una sociedad que ha sido educada en todo lo contrario y a través de una televisión satánica que emite 24 horas al día. No es que haya que elegir un nombre bonito para un partido o un buen líder. Tampoco que haya que cambiar el logo del partido o el color de la camisa. Es que nuestros valores no son los del mundo. Y dado que tampoco podemos desechar nuestros principios, que son los buenos y los eternos, no podemos a abrazar los del enemigo. Con ese enemigo que es la serpiente del Génesis. Nuestro Sí ha de ser siempre Sí. En nuestra alma no cabe la tibieza de quienes pretenden redimir a la Patria, arrodillándose ante quienes llevan 2000 años intentando destruir la obra de Dios.
No podemos renunciar a la lucha. Debemos combatir con los medios que dispongamos en cada momento. Cada cual en su puesto. Y con la seguridad de que ya tenemos la victoria. Pero sabiendo también que Dios quiere ver y contar nuestras cicatrices.
 
ARRIBA ESPAÑA Y VIVA CRISTO REY

Lefebvrianos…

No tenía intención alguna de escribir nada porque cada vez tengo menos que decir en este blog. Pero a raíz de lo que ha pasado en el Vaticano con la prohibición de la Misa Tradicional y las diversas reacciones que estoy viendo, quería dar mi propio toque de atención. Bueno, lo primero es que si a estas alturas alguien sigue teniendo dudas de quien y quien no es Papa en Roma, debería hacérselo ver. Porque cuando un Papa no canónico, que se niega a responder a las Dubias, que tolera actos sacrílegos en los Jardines Vaticanos, que introduce ídolos Pachamama bajo el Altar de la Catedral de San Pedro, que justifica y protege a quienes dan la comunión a no cristianos, herejes, divorciados y no hace NADA contra quienes bendicen en parroquias uniones homosexuales; cuando todo esto sucede y repito, alguno alberga dudas… En serio, que se lo haga ver. Por otro lado, tengo que decir que moralmente ningún católico tiene obligación de acatar nada de un Papa o presunto Papa, que vaya en contra de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Por tanto, el que quiera ir a las Misas Tradicionales o Tridentinas puede hacerlo sin permiso de nadie.

Pero mi toque de atención es a un sacerdote al que respeto, admiro y sigo desde hace años. Se llama Santiago Martín y tiene un canal en Youtuve muy interesante. Es crítico con la realidad de la Iglesia, pero nunca va más allá. Quiero decir, se abstiene de señalar al «problema», que no es otro que Bergoglio y el CVII. Y es que en uno de sus últimos vídeos, cuando da la noticia del intento de prohibición de la Misa Tradicional por parte de Francisco, habla de que los posibles beneficiados puedan ser los «lefebvrianos». Denominando así a los seguidores del Obispo Marcel Lefebvre, fundador la Fraternidad de San Pío X. Tampoco voy a entrar a contar quien fue este gran obispo. La Historia está ahí para el que la quiera conocer. ¿Pero Lefebvrianos?. Vamos a ver padre, esos «lefebvrianos» son los católicos de siempre. Los que se han mantenido fieles a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia. O sea, son los católicos de toda la vida. Los siempre católicos. Y aquí viene mi pregunta. Si ellos son los católicos de siempre. Los de la Tradición, los del Misal de San Pío V, los de la Misa de siempre, la Misa de San Juan Bosco, la Misa del Padre Pío e incluso la Misa de José María Escrivá de Balaguer, que jamás ofició la Misa moderna. Si estos son los católicos, repito, dígame quienes son los que sí han seguido las directrices del Concilio Vaticano II. Los que justamente rompieron con esa Tradición y con aquella Misa impuesta a perpetuidad por San Pío V, que ningún Papa puede prohibir o secuestrar. Aunque la mayoría nacieran tras la celebración de este nefasto Concilio. Pero díganos quienes son ustedes. Porque los católicos parecen ser otros.

Gracias, un saludo y Viva Cristo Rey

IROS DE LA IGLESIA CATÓLICA.

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Decís que sois católicos. Bien. Decís que queréis poder dar el Cuerpo de Cristo a luteranos y otros protestantes. Queréis tener sacerdotisas, obispas y demás. Bien. También queréis que los divorciados y amancebados puedan comulgar. O sea, tomar el Cuerpo de Cristo. Porque para los católicos la Transubstanciación es un Dogma de Fe. Fantástico. Pedís poder bendecir en las parroquias las uniones de personas del mismo sexo. Genial. Queréis además que cualquier no cristiano pueda comulgar también porque hay que ser tolerantes con otras religiones. Perfecto todo que lo pedís.

¿Y que os lo impide?. Pero hacerlo. Si es muy sencillo. LARGAROS DE LA IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA. Crear la vuestra propia como una más de las 30.000 sectas derivadas de la herejía luterana. Y ya está. Repito, LARGAROS DE LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA. Y dejar de vivir del dinero de los católicos y revoloteando alrededor de la Silla de Pedro.

Si yo en un momento de locura transitoria decidiera hacerme musulmán, tendría por ejemplo que dejar de comer cerdo. Y si quiero seguir comiendo jamón ibérico, no me hago musulmán. Parece que para algunos sacerdotes y obispos alemanes y de otras latitudes, existe un catolicismo a la carta. Esto sí me gusta y esto no me gusta. Me salgo pero dejo un pie dentro, por si acaso.

Y lo más doloroso es la actitud de Roma. La Roma que fue implacablemente dura contra Monseñor Lefebvre. La Roma que besa coranes. La Roma que permite que los laicos toquen el cuerpo sagrado de Cristo en la Comunión. La Roma que cambia a su antojo oraciones y ritos seculares. La Roma que exculpa a nuestros «hermanos mayores» de deicidio. La Roma que ve bien las uniones civiles de personas del mismo sexo. La misma Roma que cierra seminarios porque sus miembros quieren comulgar en la boca y de rodillas. ¡Vaya delito!. La Roma que entroniza en los altares y frente al Sagrario a la Pachamama. Esa misma Roma guarda silencio ante la abierta rebeldía de los curas y obispos alemanes y decide NO HACER NADA.

Bien, pues esa inacción es una grave falta de autoridad. Ese silencio hace cómplices al Obispo vestido de blanco y a todos sus cardenales de los sacrilegios en Alemania. Veremos a partir de ahora con que derecho van a imponer excomuniones u otras sanciones. Porque quien no defiende la Fe verdadera, carece de poder alguno en el seno de la Iglesia Romana. Tendrán los templos, los ornamentos y las vestimentas. Pero esa secta que se ha apoderado de la Iglesia y de la Silla de Pedro, poco más va a tener.

¿Qué podemos hacer los católicos?. Confiar en la Dios y en su Doctrina. Acudir a los Sacramentos como siempre. Pero eso sí. No obedeceremos a quien ha dado la espalda Cristo para arrimarse más al Mundo y a su Príncipe. Y por supuesto, apoyar económicamente a los buenos sacerdotes y a sus buenas parroquias, pero ni un céntimo a la Iglesia apóstata en la Declaración de la Renta. Si ya no creéis en nada, iros fuera de la Iglesia. Pero, repito, dejar de comer de los fieles.

¡VIVA CRISTO REY!

El desafío consumado, la «provocación» del Vaticano y el respeto a la liturgia

Dalí. El genio español.

Al enterarse de que el retrato de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange, había sido sacado de un restaurante de Figueras, porque a la clientela francesa no le gustaba mirar a un fascista, Dalí lo tomó y lo colgó en su casa por Razones que explicó varios años después a Louis Pauwels:

“Todos los partidos, tanto de derecha como de izquierda, utilizan la demagogia democrática. José Antonio tuvo el valor de presentarse como era, de hablar en nombre de lo que creía, de ser el mejor y de proponer una ideología con una exclamación, ¡Arriba España!»

Monseñor Marcel Lefebvre sobre el Islam.

“Son vuestras mujeres, vuestras hijas, vuestros hijos…  quienes serán secuestrados (por los moros) y metidos en guettos, como ocurre en Casablanca o en Mequinez (Marruecos). Y ustedes no podrán rescatarles, porque ellos tendrán tantas morerías y mezquitas, que ni si quiera los policías osarán poner los pies en esos sitios. De seguir así, ¿qué será de Francia?. Esto ya ocurre en algunas ciudades de Inglaterra.

¡Pidan al gobierno que detenga ese Islam!. ¡Hagamos lo que siempre hemos hecho!. ¡Estas dos religiones no pueden convivir!. ¡Es imposible!. ¡Que se queden en sus países!. Si cada año tenemos millón y medio más de musulmanes en Francia, ¡ya veréis lo que pasará!. Un día en una mezquita un jefe dirá: ¡Matemos a los cristianos!. Ellos creen salvar su alma al matar cristianos, luego ¿por qué no irían a hacerlo?.”

(Obispo Marcel Lefebvre en 1989)